Tauromaquia

 

Al igual que en el resto de Andalucía, existe desde antaño en Granada arraigada afición y tradición por las corridas de toros.220 Ya en el siglo XVIII, cuando se produce el paso del toreo caballeresco al toreo actual, a pie, mediante la real cédula de 19 de febrero de 1739, se establecía la celebración de corridas de toros en la Real Maestranza de Granada como fuente de financiación, hecho contemplado posteriormente en sus Estatutos y Ordenanzas publicados en 1764.221 En la segunda mitad del siglo XVIII la Real Maestranza construyó una plaza de toros, ubicada entre el Hospital Real, Puerta Elvira y Fuente Nueva. El 10 de septiembre de 1876 un incendio arrasó el coso de la plaza, que hubo de cerrarse. Tres años más tarde, en abril de 1880, se inauguró la nueva plaza, próxima a la explanada del Triunfo, con tres pisos y capacidad para quince mil espectadores. En el cartel de la faena destacaban dos figuras históricas del toreo, el diestro cordobés Lagartijo y el granadino Frascuelo, que junto al gaditano Cara-Ancha lidiaron con toros de Antonio Miura.222

En la corrida de inauguración de la plaza de toros de Granada, en 1928, se lidiaron toros de Concha y Sierra por Chicuelo, Cagancho y Armillita Chico. La plaza, de 14.500 localidades (8.800 en los tendidos), se construyó en la avenida del Doctor Olóriz sobre una superficie de 9.000 m2, bajo la dirección del arquitecto Ángel Casas. Es de estilo neomudéjar, con tres pisos y un palco central.223 Durante las Fiestas de Mayo de la ciudad, se celebran varias corridas en la plaza de toros, participando en las mismas las principales figuras españolas de este espectáculo y del rejoneo del momento.

Existen asociaciones, como el Colectivo Andaluz Contra el Maltrato Animal (CACMA) y, en Granada, Rescate Animal de Granada, que realizan actos y campañas por la abolición de la tauromaquia y que a nivel local reivindican la suspensión de las corridas de toros en Granada.224 Según encuestas realizadas por la Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales, la tradición decrece en las nuevas generaciones al ser atraídos por nuevas actividades.225 Asimismo lo cita el cronista taurino Arlatino, el cual se lamentaba de su creciente decadencia diciendo:226